Registro histórico de planes sociales, rezago educativo y aumento de la inseguridad alimentaria – Actualidad económica, financiera y empresarial

La pandemia Covid-19 instaló un escenario desconocido en Argentina: A pesar del aumento histórico de los planes sociales otorgados por el gobierno en 2020 para paliar la crisis y que alcanzó a más del 82% de las personas vulnerables, los niveles de pobreza se elevaron al 44,7% y los indigentes al 9,8%.

La crisis de salud y la parálisis económica tuvieron un fuerte impacto en medidas de deterioro multidimensional como la inseguridad alimentaria o la falta de acceso a la salud alcanzó el orden del 32,2% de la población, hubo una rezago educativo en el 31% de los hogares y el 35,2% de los argentinos que tenían problemas laborales.

Los datos proceden del último informe de la Observatorio de la Deuda Social de la UCA lo que revela que en el primer semestre de 2020 la pobreza pasó de 39,8% a 44,7%. La falta de vivienda subió a niveles históricos, del 8,4% en 2019 al 10,5% el año pasado.

Todo ello en un contexto donde la asistencia social que se impulsó con programas como el IFE, la Tarjeta Alimentar o el incremento de la AUH y alcanzó niveles históricos de cobertura donde El 82% de las familias de bajos ingresos recibió planes sociales. En 2020, se registró un récord en la cantidad de la población total del país beneficiada por la asistencia social en el 55,4%.

Llama la atención la figura histórica de cobertura de planes sociales a sectores vulnerables si se tiene en cuenta que en 2010 solo el 50,5% de los sectores marginales tenía alguna cobertura social. Y el 56% de los planes sociales entregados el año pasado se concentraron en la periferia de Buenos Aires, mientras que el resto se distribuyó entre la Ciudad de Buenos Aires y el interior.

El informe de la UCA titulado «Efectos de la pandemia Covid-19 sobre la dinámica del bienestar en la Argentina Urbana», Sostiene que el impacto de la Tarjeta Alimentar en la reducción del porcentaje de indigentes fue del 8,2%. El efecto del IFE al 10,2%. Así, el 9,8% de la población urbana evitó la indigencia gracias a los ingresos de esos beneficios..

«Los programas sociales solo están compensando los ingresos de los hogares. Pero la pobreza ha ido en aumento a pesar del aumento de los planes sociales. El problema central se explica en que el empleo no crece y a esto se suma una caída de los salarios reales por inflación que hacen un perfecto combo para el aumento de la pobreza que solo puede compensarse en cierta medida con planes sociales ”, dijo. El cronista Agustn Salvia, responsable del Observatorio de la Deuda Social de la UCA.

El informe en cuestión destaca que sin esta ayuda social se habría alcanzado un 52% de pobreza en Argentina.

ALIMENTACIÓN Y EMPLEO

Sin embargo, en el detalle de los datos multidimensionales sobre pobreza que se registraron durante el primer año de la pandemia, surgen dos cifras muy llamativas. El nivel de inseguridad alimentaria severa pasó del 7,3% de los hogares en 2019 al 8,7% el año pasado.

Otra cifra de aumento exponencial de la pobreza se presentó en los niveles de caída en los ingresos del empleo donde se observó un salto del 33% en 2019 al 35,2% de las personas afectadas en 2020. En medio de la crisis pandémica con paralización de la actividad económica, no solo el empleo se destacó como la variable de medición multidimensional que se destacó: también hubo un fuerte deterioro en la educación.

En este sentido, el documento del Observatorio de la Deuda Social de la UCA reveló que existía una brecha educativa del 12,3% de las personas en 2019 al 14,3% en 2020. Esto se reflejó claramente en una fuerte deserción escolar en los niños de entre 4 y 17 años. Pasó del 2,1% de los hogares con sus hijos ausentes de la escuela al 4%.

En cuanto a la desigualdad, en 2020 se observan dos tendencias opuestas: una de largo plazo que marca el deterioro de los estratos bajos, particularmente los estratos marginales que muestra niveles crecientes de pobreza multidimensional.

Así, las condiciones de 2020 definen una nueva tendencia caracterizada por el declive de los estratos integrados medio bajo y bajo, esta evolución podría explicarse por el impacto en las dimensiones más asociadas al empleo y al ingreso de los segmentos que no tienden a acceder a la asistencia social, tanto por no cumplir con los requisitos formales como por autoexclusión.

Por otro lado, el aumento del desempleo y la precariedad laboral, que tuvo un mayor impacto en los sectores más vulnerables, se profundiza en 2020 como consecuencia del impacto de las medidas restrictivas sobre la actividad económica y el mercado laboral, que afectó en mayor medida a las actividades por cuenta propia, pero también a los puestos asalariados en actividades fuertemente ligadas al contacto presencial como los negocios locales, el sector gastronómico y el turismo, entre otros.

POBREZA MULTIDIMENSIONAL

En la medición de pobreza multidimensional que realiza la UCA y que, a diferencia de los datos del INDEC, mide otras variables de la sociedad que van más allá de los ingresos, la pobreza estructural aumentó en 2020 con respecto a 2019, ya que aumentó la porción de la población que, además de presenta ingresos por debajo de la línea de pobreza, presentado deficiencias en 3 dimensiones de derechos o más.

En 2020 se estima que El 9,8% de la población es indigente (correspondiente al período julio-octubre). Estos son los valores más altos de la década según el informe de la UCA.

Estos datos son muy llamativos si se tiene en cuenta que durante el primer año de la pandemia las ayudas estatales aumentaron sustancialmente. Mientras que en 2019 alrededor del 42,7% de los hogares recibieron algún programa social, el alcance de la asistencia social aumentó en 2020, tanto entre la clase trabajadora integrada (59,6%) como entre los hogares marginales (77,3%). .

Al evaluar el acceso a los programas sociales en términos de población, se observan patrones similares. En segundo lugar, como resultado del aumento generalizado de la asistencia social durante el contexto de aislamiento, casi 3 de cada 10 hogares de clase media no profesional (29%) fueron alcanzados por algún programa. Pero El 82% de los hogares marginales recibió programas sociales el año pasado, mientras que en 2019 el 70% los recibió.

Según el informe de la UCA, la población de 0 y 17 años es el más afectado por la pobreza multidimensional, alcanzando el 60% para 2020. El análisis del período revela que en 2018 comienza un período de deterioro que afecta a todos los grupos de edad, alcanzando los valores más altos de la serie en 2020 para todos los grupos.

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Fuente: www.cronista.com
Esta nota fué publicada originalmente el día: 2021-05-05 21:59:07