la provincia de entre ríos Es una tierra inagotable de historias y culturas, construcciones majestuosas e históricas, barrancos, cerros, costas y campos, todos paisajes con una identidad fluvial única representada por 5.950 cursos de agua interiores (permanentes e intermitentes), que conforman una riqueza hídrica de 41.790 kilómetros. hidrovías lineales, y dos tramos de casi 1.000 kilómetros de los ríos Paraná y Uruguay.
En este escenario, un nuevo comienzo de clases de la escuela secundaria tecnica 100 «Puerto Nuevo» de Paraná, la capital provincial, por ser la única de América del Sur que ofrece el título de Técnico en Construcción Naval.
La institución favorece la inclusión de todos los sectores en la vida sociocultural de la zona, el crecimiento económico sostenido y sostenible del país, la región y la ciudad, e incide en el trabajo, la producción y la competitividad, explicó el rector.
Además, las personas cercanas 350 estudiantes Pueden desayunar, almorzar y merendar en el comedor del establecimiento, ya que en un día normal ingresan a las 7:45 am y, entre asignaturas y talleres, terminan a las 4:55 pm.
Bianca, de 16 años, llegó después de su primer año en una escuela convencional. Aunque no le costó el cambio, dijo a Télam que encontró “otro mundo” y “todo muy lindo, con muchos talleres que te dan herramientas para salir y hacer cosas”.
Los tres primeros años son iguales para todas las técnicas, con conocimientos de soldadura, electricidad, carpintería y herrería, entre otros; ya partir del cuarto año se desarrollan en embarcaciones.
Los que se reciben son muy demandados ya que pueden manejar tecnologías avanzadas, intermedias o elementales de astilleros, empresas del sector y también de forma independiente con astillero propio o embarcaciones de fijación.
Puestos de diseño y producción naval, ejecución y mantenimiento de obras, edificación de infraestructuras y trabajos para la obtención de productos, sistemas y servicios en el ámbito naval y en general, dada la relación con la mayoría de las demás áreas industriales, son algunas de las salidas laborales.
Otra de las funciones que cumple el constructor naval es el diseño total de cómo se construye un barco, algo que se da en la misma escuela.
Por eso Santiago, de 15 años, que va a empezar su tercer año pero ya ha tenido talleres de construcción naval, electricidad y que es»arquitectura, paneles, cables y motores de los barcos que es muy bueno».
En los años siguientes también tienen actividades navales, donde los mayores que él realizan talleres para «aprender a hacer planos de barcos», algo que «le atrae mucho».
Su amigo Laurentino, también de 14 años, quedó maravillado con las tareas de electricidad, carpintería, metalmecánica, informática, y espera el próximo año empezar a trabajar en los propios barcos.
“Te ayuda saber todo esto, si necesitas arreglar algo en tu casa, lo puedes hacer tú mismo, con todo lo que te enseñan en los talleres”, dijo a Télam y deseó que el 2023 “pase todo el año” porque es «un buen grupo de amigos».
La escuela comenzó con sus clases en 1990, pero funcionó en los talleres del ex Ministerio de Obras Públicas de la Nación en Paraná, edificio que se deterioró y quedó en conflicto con los barrios aledaños.
Por eso, hace unos 20 años iniciaron reclamos para tener un nuevo local, siempre en la línea de costa; En 2011 lograron el traspaso del actual inmueble de la Nación, gracias a las gestiones de la entonces alcaldesa, Blanca Osuna, y en 2018 comenzaron las obras.
No hace mucho tiempo, el presidente Alberto Fernández inauguró el nuevo edificio ubicado en la calle Claudio Fink de la zona de Puerto Nuevo, cerca de varios barrios populosos de la capital entrerriana.
Mario Ballesteros es docente desde hace más de 10 años y actualmente es el jefe de talleres de la escuela. Conocía el edificio antiguo que «todos querían» pero «este es mucho mejor, tiene todo nuevo y está muy bien equipado de herramientas».
Eso, dijo a Télam, les permite dar a las niñas «conocimientos impresionantes» porque aprenden «desde lo básico hasta lo más complejo» y en cada año, con las que recién ingresan aprendiendo a soldar y las que están por graduarse construyendo. barcos, algo que «no es poca cosa».
El edificio de 4.380 metros cuadrados cubiertos está diseñado para impartir clases de técnico-secundario, así como cursos y carreras técnicas como electricidad para personas entre 15 y 18 años, independientemente de que hayan terminado o no el bachillerato.
Cuenta con una sala de diseño naval, y áreas de electricidad, metalmecánica, carpintería de ribera y un canal para experiencias hidrodinámicas, entre otras salas y servicios, que demandaron una inversión de más de $214 millones.
Allí los adolescentes que cursan 4to. año comienzan a trabajar en náutica, en 5to. y 6to. Ya arman embarcaciones como matrices, lanchas, canoas y kayaks, y en el último año continúan con cálculos, análisis y planos.
Lo que se ha construido en estos talleres generalmente es donado, como «muchos botes para las escuelas de Ibicuy, o para cuando hay inundaciones» y hasta crearon sillas especiales para personas con problemas de movilidad.
Las sillas “tenían flotadores y fueron diseñadas para que la gente que necesite usarlas pueda entrar al río, al agua, y disfrutarla”, dijo Ballesteros a Télam.
Aún así, el docente remarcó que esperan que la Prefectura les permita avanzar en el desarrollo de veleros y embarcaciones diseñadas ya que “en estos talleres se pueden construir, hay todo lo necesario”, y “esa fue una de las peticiones”. hecho al presidente durante su visita.
En ese sentido, también recordó que se necesita equipo alemán, que es costoso pero permitirá probar modelos y embarcaciones simulando condiciones como olas, vientos, situaciones en el río e incluso marcando la resistencia de pilotes de puentes.
Con información de Telam y otras fuentes de noticias.