Todavía hace ruido, como cuando un peso pesado se derrumba sobre la alfombra. Con el paso del tiempo, suena inverosímil. Pero sucedió. El descenso de River no pasó desapercibido para nadie. Fue una lesión para el fútbol argentino. Diez años después, parece una historia.
River construyó su grandeza en los primeros 30 años. Y forjó la identidad del fútbol argentino en la década de 1930, como Alumni en sus inicios, Racing en la segunda década del siglo XX y Boca en los años 20. No se trata solo de títulos, partidos o goles. Son nombres propios, estructura deportiva, riqueza empresarial, aficionados en todos los rincones del país.
Como la mayoría de los 300 protoclubes que se fundaron a principios del siglo XX en la Ciudad de Buenos Aires, River era un equipo de adolescentes que se fortaleció con la fusión de La Rosales y Santa Rosa. Y después de cuatro años en la liga oficial, lograron llegar a Primera.
El día del descenso contra Belgrano.
Los primeros éxitos llegaron en un goteo. En 1914, la Copa de Competencia y la Competencia de Copa Tie contra los uruguayos. La doble celebración organizada por los dirigentes y los jugadores fue en Isla Maciel, entonces un espacio recreativo. Y recién en 1920 el primer título de Primera División.
Pero el paso del campo al norte fortaleció las aspiraciones de un crecimiento diferente al resto de clubes. Para 1927, cuando el fútbol porteño se fusionó después de 7 años, River era el club con más socios y con mayor actividad deportiva.
Según los registros de la época, ese año aún contaba con 3661 afiliados, Sportivo Barracas 3060 y Boca 3022. Con la sede todavía en La Boca pero el estadio en Alvear y Tagle, Las actividades deportivas de River crecieron y ya tenía más de una docena.
En 1923 inauguró el estadio Alvear y Tagle, donde permaneció 15 años.
Tres años después, la mayoría de los clubes convocantes impulsaron su riqueza corporativa. Y River pasó a tener 15.686 socios en 1930. Y hubo un movimiento magistral de sus líderes para dar un salto nacional que no tuvo retorno.
En medio de la crisis económica mundial tras la caída de Wall Street y tras el primer golpe de Estado en Argentina, la dirigencia apostó a lo grande. Tuvieron que dejar la propiedad que alquilaron a la Municipalidad y empezar a buscar un nuevo lugar. En 1931 adquirieron los terrenos actuales, obtuvieron préstamos blandos y en mayo de 1938 se inauguró el Monumental.
Además, en el proceso de iniciación a la profesionalidad, se decantó por las figuras del momento. El contrato de Carlos Peucelle, el puntero derecho de la Selección que jugó en el Sportivo Buenos Aires, fue el más caro de ese año. Y en 1932 compró Bernabé Ferreyra por 35 mil pesos. Si en 1930 tenía 15 mil socios, en 1937 ya superaba los 30 mil: 30,167.
River en 1933 y con Bernabé Ferreyra como figura goleó 7-1 a Independiente.
Si Boca hubiera trasladado su popularidad desde un pequeño barrio de la Capital a todo el país gracias a la gira por Europa de 1925, River hizo lo mismo con ese movimiento audaz de principios de la década de 1930. La rivalidad River-Boca llegó a todo el país.
Además del proyecto de una gran sede, un gran estadio y la contratación de grandes figuras, River también apostó por sus inferiores, para tener su propio estilo, uniforme, que tuvo su máxima expresión en los años 40 con La Maquina. Era un estilo de la época pero La Maquina destacaba por el peso de sus grandes figuras: Juan Carlos Muñoz, José Manuel Moreno, Adolfo Pedernera, Angel Labruna y Felix Loustau. Una identidad que fue cuestionada tras el Desastre en Suecia.
Amadeo Carrizo y La Maquina de River.
Los títulos llegaron por decantación, más allá de la sequía de 18 años entre 1957 y 1975. Se renovaron las figuras: Alfredo Di Stéfano, Amadeo Carrizo, Néstor Rossi, Enrique Sívori, Ermindo Onega, Norberto Alonso, Daniel Passarella, Ramón Díaz, Enzo Francescoli, Pablo Aimar y Marcelo Gallardo, entre muchos otros.
En junio de 2011, River se había coronado campeón 54 veces., desde la celebración del ascenso en 1908 hasta el Clausura 2008. Un siglo de éxitos. Tenía 4189 partidos oficiales y 7623 goles marcados, de los cuales 317 habían marcado Ángel Labruna, el jugador que más goles marcó en las competiciones oficiales del fútbol argentino.
No descendió ni un garrote. Una parte de la gran historia del fútbol argentino descendió. Me tomó una temporada renovar energías y empezar a caminar de nuevo. La fue gallardo se encargó del resto.
Fuente: Clarin.com