Mahsa Amini había viajado a Teherán desde la región del Kurdistán; Es una semana con festivo en Irán y la familia decidió aprovechar el parón para visitar a unos familiares.
El miércoles, junto con su hermano Kiarash, salió a caminar. Como les ocurre a diario a miles de mujeres iraníes, la joven se topó con uno de los tantos allanamientos que realiza la llamada policía de la moralidad en las entradas del metro. La policía -siempre vestida de negro y protegida por compañeros varones- determinó que Mahsa no llevaba el velo correctamente; La detuvieron a pesar de la protesta de su hermano, la metieron en una furgoneta y la llevaron a la comisaría para recibir un curso de “educación” sobre el uso correcto del hiyab. Dos horas después la joven de 22 años salió de la comisaría en una ambulancia y tras dos días en coma falleció este viernes, según ha confirmado su familia.
Una comisaría en el centro de Teherán
Mahsa Amini fue llevada a un centro de «justificación y educación» donde se les explica a las mujeres cómo usar el hiyab correctamente.
La policía de Teherán, en un comunicado, dijo el jueves que Mahsa había sido llevada a un centro de «justificación y educación» pero que repentinamente perdió el conocimiento debido a problemas cardíacos. En un vídeo de las cámaras internas de la comisaría publicado este viernes por la televisión iraní, se ve a una mujer, que dicen ser Mahsa, acercándose a una mujer policía.
El video, que no tiene sonido ambiental, muestra cómo la joven se señala la pierna izquierda, como si denunciara algo, y tras el cruce de palabras se lleva las manos a la cara y se desmaya. Las imágenes también muestran a una joven siendo ingresada en una ambulancia mientras los locutores de televisión insistían en que había sido un «infarto al corazón».
A pesar de las amenazas de las autoridades
La madre de la joven que murió tras dos días en coma denuncia a la BBC que la policía «asesinó» a su hija
Esta versión abre la pregunta de qué le habría pasado realmente a la joven camino a la comisaría. Y es que la versión oficial sobre el estado de salud de Mahsa no concuerda con las declaraciones de la familia, en especial de su madre, quien aseguró en una entrevista que su hija era una joven sana y que se encontraba en perfectas condiciones antes de la detención. “Asesinaron a mi ángel”, dijo ayer en BBC Persa cuando confirmó la noticia.
Pero quien ha dado más detalles ha sido su hermano que, tras presenciar la detención de Mahsa, se dirigió a las afueras de la comisaría de Vozara, en el corazón de Teherán.
Este centro de prisión provisional es famoso porque allí acaban decenas de mujeres, que son detenidas a diario por no ir vestidas según las llamadas «normas correctas del Islam». Kiarash aseguró al portal Iranwire que al llegar a las afueras de la comisaría se encontró con un nutrido grupo de familias esperando a las jóvenes que se encontraban dentro.
La mayoría de ellos habían venido allí para enviar a los detenidos ropa «adecuada»; uno de los requisitos para ser liberado es cambiarse de ropa. De repente -dijo el hermano- se escuchó un ruido dentro del edificio, las familias se acercaron a la puerta para saber qué pasaba y se dispersaron con gases.
Momentos después, salió una ambulancia; En un principio la versión oficial fue que un policía había resultado herido. Pero las jóvenes que fueron liberadas minutos después confesaron que la paciente era una de las detenidas, que terminaría siendo Mahsa.
Ya en el hospital se confirmó que la joven presentaba moretones en las piernas, el ojo derecho estaba morado y le sangraba la oreja, estas imágenes están registradas en fotos y videos. Ha estado en coma desde entonces.
De inmediato las autoridades desplegaron un operativo de seguridad en el hospital y restringieron el acceso a la joven. Se advirtió a la familia que no hablara, como es el caso en Irán. Pero el dolor ha sido mayor que el miedo y han ido contando a diferentes medios lo que está pasando. Fueron los primeros en dar la noticia de lo que consideran un «asesinato». Lo mismo repitieron este viernes miles de personas en las redes sociales inundadas con la foto convaleciente de Mahsa.
Quienes se atrevieron a llegar al hospital fueron reprimidos por decenas de militares desplegados en el sector. “He estado inquieto desde que leí tus noticias ayer. Me odio a mí mismo esta vez. Estás durmiendo en una cama de hospital, pero estás más despierto que nadie y todos estamos en coma”, escribió días atrás el premiado director de cine Asghar Farhadi, para concluir: “Nos hemos dormido contra esta crueldad sin fin. Somos cómplices de este crimen”.
Al Ministerio del Interior
La indignación social ha sido tan grande que ha obligado al presidente Ibrahim Raisi a ordenar una investigación
La indignación social ha sido tan grande en los últimos días que la mañana de este viernes, horas antes de que se conociera la muerte de la joven, el presidente Ibrahim Raisi ordenó al ministro del Interior investigar este asunto con «urgencia y precisión».
No es un secreto para nadie en Irán que la represión ha aumentado a pasos agigantados desde que Raisi asumió la presidencia. Y la desconfianza crece.
Las redadas de la llamada Gasht-e Ershad, o policía de la moralidad, existen desde el inicio de la Revolución en 1979. Durante estas más de cuatro décadas miles de mujeres han pasado por la comisaría, pero en los últimos meses su presencia ha disminuido. ha envejecido, y su violencia también. Las redes están llenas de episodios violentos en los que los miembros de este cuerpo policial realizan bochornosos intentos de capturar a mujeres.
Un atleta famoso recibió tres disparos por defender a su esposa. Otras mujeres han sido golpeadas cuando intentaban huir. Hace apenas unas semanas, una joven artista que había sido atacada por una mujer en un autobús por llevar mal el velo apareció en la televisión iraní, con el rostro pálido y demacrado; ella habló sobre lo importante que era cubrirse bien. Activistas denunciaron que esta fue una más de las confesiones públicas forzadas que se han dado en múltiples ocasiones en estas décadas donde las autoridades priorizan la imposición del “uso correcto del velo” y el “buen vestir de las mujeres” por sobre los graves problemas que tiene Irán. . , incluida la pobreza y el malestar social.