La candidata de Juntos por el Cambio apunta a dos temas delicados para el electorado opositor pero que la exponen a tener que explicar el cambio de posición
María Eugenia Vidal decidió pasar a la ofensiva en la campaña electoral y muestra tu propia agenda para cuando debe ocupar su escaño como diputada opositora en el Congreso, pero es una estrategia de doble filo, porque la expone a la situación de tener que explicar un cambio de cargo a su propio electorado.
Tus dos caballos de batalla serán los oposición a la subida de impuestos y la derogación de la ley de alquiler. Ambos temas son sensibles al núcleo duro de la votante macrista, que no ha visto favorablemente la negativa de la exgobernadora a pelear en la provincia de Buenos Aires y le ha dado el sobrenombre de «oposición ligera». La exgobernadora está tratando de revertir esa percepción, y por eso comienza a endurecer el discurso ya aparecer en público con Mauricio Macri.
La primera acción es una estrategia de «espejo invertido» con Victoria Tolosa Paz, primer candidato a diputado por el partido gobernante en la provincia de Buenos Aires. Luego de que la candidata peronista causara revuelo con su pre-anuncio de que buscará una «matriz tributaria progresiva» lo que implicará mayores niveles de impuestos para los sectores de altos ingresos, Vidal adoptó la actitud totalmente opuesta.
Así es como ya advirtió: «Prometemos no subir impuestos ni crear nuevos, tenemos que bajar y aliviar la carga fiscal porque eso frena la inversión y la generación de empleo genuino».
Y fue más específico al mencionar los sectores más afectados por la pandemia, como restaurantes y hoteles, entre los que deberían recibir una desgravación fiscal inmediata.
De esta manera, buscó diferenciarse del oficialismo, que mantiene su mantra de que «quien más tiene, más paga» y que las reformas deben continuar porque, en palabras de Tolosa Paz, «la Hacienda necesita recuperar capacidad para seguir redistribuyendo «. Por eso se encendió la especulación incrementos en las alícuotas del Impuesto sobre la Propiedad Personal, sobre nuevos aumentos de las retenciones a las exportaciones agrícolas e incluso se habló de una reedición de la contribución extraordinaria de las grandes fortunas.
Este impuesto -teóricamente por única vez- sobre los grandes activos ya ha recaudado en el año unos $ 309.000 millones, suma que equivale a más del 60% que provenía de retenciones a las exportaciones agrícolas, y es motivo de celebración en todos los actos, donde se destacan las obras de urbanización que podrían financiarse con esos ingresos.
Aunque no son competidores directos, Vidal eligió a Victoria Tolosa Paz como adversaria, criticando sus posiciones por un aumento de impuestos en sectores de altos ingresos.
Un nuevo caballo de batalla
Pero el exgobernador sabe que la mera promesa de oponerse a una ofensiva del peronismo para seguir subiendo impuestos No es suficiente. También tiene que mostrar su propia iniciativa para generar un cambio en un tema de alta sensibilidad.
Y lo encontró: decidió que, cuando sea diputada, se pondrá sobre su hombro la derogación de la controvertida ley de alquileres.
«La ley fue un error que no ayudó ni al inquilino ni al propietario. Todo lo que se pretendía mejorar, con buenas intenciones, se fue al revés», declaró en una entrevista televisiva, y se apoyó en cifras concretas para sustentar su argumento.
Dijo que antes de la ley, el alquiler representaba un tercio del salario de los inquilinos, mientras que hoy subía al 40%. La líder opositora sabe que su iniciativa contará con un amplio apoyo entre propietarios y empresas inmobiliarias, quienes desde un principio se opusieron a la nueva normativa.
Pero también se puede tener una buena receptividad entre los inquilinos, como lo demuestra el hecho de que Gervasio Muñoz, presidente de la Federación Nacional de Inquilinos, ha apoyado el regreso a los contratos de dos años y aceptado que el precio se pueda actualizar mensualmente con un indexador, además de acelerar el proceso de desalojo y cancelar la obligación de registrar los contratos de alquiler en la AFIP.
Hoy en día, el consenso de los expertos inmobiliarios es que la ley de alquiler ha traído complicaciones tanto para el propietario como para el inquilino. Los precios de los contratos han subido un 64% en los últimos 12 meses, lo que implica un aumento del 9% en términos reales.
Pero esto, lejos de representar una atracción de ingresos para los propietarios, es más un reflejo de sus miedos. Las nuevas disposiciones sobre ajustes contractuales, que congelan los precios durante un año y los indexan a la variación salarial, en un entorno de alta inflación, han llevado a muchos propietarios a decidir sacar sus apartamentos del mercado y ponerlos a la venta.
Los expertos dicen que también influyó el hecho de que el tiempo estimado de desalojo de los inquilinos morosos se haya duplicado, lo que aumenta la percepción de riesgo.
Esta situación conlleva una menor oferta de alquiler, mientras que existe una sobreabundancia de viviendas en venta, en un momento de muy bajo nivel de operaciones. Por eso los precios no paran de caer.
Las citas son mostrando descuentos de hasta el 7% en términos interanuales, y se estima que los precios cayeron hasta los niveles de 2015. Además de la pérdida salarial provocada por la pandemia y tres años consecutivos de recesión, también existe una virtual desaparición del mercado crediticio para la clase media, lo que hace más compleja la venta.
Al notar el malestar general, Vidal dijo: «Voy a presionar para que se derogue, porque hoy todos están perdiendo. Si se pueden hacer mejoras en el sistema anterior, hablemos con los inquilinos y propietarios, no creemos sabemos más que ellos. Somos representantes del pueblo «.
Vidal eligió la ley del alquiler como blanco de sus críticas, pero tendrá que explicar el apoyo mayoritario de Cambiemos al polémico proyecto
El efecto boomerang de los alquileres
La estrategia de Vidal, sin embargo, no está exento de riesgos. En concreto, la exgobernadora puede sufrir -y de hecho ya lo ha comenzado a sentir en las redes sociales- un «efecto boomerang» por sus declaraciones.
En cuanto a la ley de alquileres, el motivo es obvio: el proyecto nació a propuesta de Cambiemos, y su principal impulsor fue el entonces diputado Daniel Lipovetzky, actualmente legislador provincial en Buenos Aires por el PRO.
El líder ha sido criticado, sobre todo, por el propio sector político en el que actúa. Se ha convertido en objeto de ironías como la instauración de un «Premio Lipovetzky a la incompetencia legislativa», organizado por la Fundación Apolo, una ONG que incluye en su directorio al exministro de Cultura bonaerense Darío Lopérfido y al diputado macrista José Luis. Patiño.
Sin embargo, Lipovetzky sigue defendiendo su iniciativa: «La ley no viene a regular los precios, sino a prevenir los abusos que sufren los inquilinos desde hace treinta años», argumenta.
Pero el inconveniente para Vidal no es que un líder PRO sea azotado a título personal, sino que la ley fue aprobado por una gran mayoría. La votación en Diputados tuvo lugar en noviembre de 2019, cuando Mauricio Macri aún era presidente.
En esa ocasión, el resultado de la votación fue contundente: 191 votos afirmativos, ningún voto negativo y 24 abstenciones. En la sesión final, el radical se pronunció expresamente a favor de la ley. Brenda austin y el radical hoy (entonces del espacio Evolución) Martín Lousteau.
El proyecto terminó convirtiéndose en ley en junio de 2020, ya en la actual administración peronista, con la media sanción del Senado. En esa ocasión, el bloque Juntos por el Cambio se retiró en el momento de la votación, aunque Aclaró que no lo estaba haciendo porque se oponía a la ley de alquileres pero como protesta porque se incluyeron en la agenda temas que no estaban relacionados con la pandemia.
Lo cierto es que Vidal no tendrá la libertad de apoyar su iniciativa sobre la ley de alquileres, porque tendrá que dar explicaciones a la masa de votantes del macrismo sobre por qué en su momento se apoyó un proyecto que claramente iba en contra de la opinión de propietarios e inversores, sectores que tradicionalmente han sido aliados del macrismo.
Historia polémica con los impuestos
Pero, además, también en la argumentación tributaria, está expuesto a que le recuerden sus acciones en el gobierno porteño. De hecho, los funcionarios de la actual dirección de Axel Kicillof La acusaron de haber promovido una «imposición» por parte de la 2018 revalorización del impuesto inmobiliario.
«Con Vidal tuvimos una inflación de casi el 30% y el aumento fue del 70%, fue desproporcionado en relación a la inflación por lo que creemos que hay información sesgada», criticó el Ministro de Gobierno de Buenos Aires. Teresa garcia, en los primeros días de la nueva administración, para comparar las políticas tributarias de ambos períodos.
Pero lo cierto es que esa iniciativa también había provocado críticas de aliados del macrismo, como la Sociedad Rural. El entonces jefe del sindicato agrario, Daniel PelegrinaHabía dicho que el aumento de Vidal generó «enfado en un sector que está al límite de su capacidad imponible» y que se sintió una variable de ajuste mientras no se recortara el «gasto público improductivo».
Para compensar, Vidal tiene un punto a su favor en el debate fiscal: en 2018 firmó un decreto para eliminar impuestos provinciales y municipales que fueron acusados de la expensas de luz, gas y agua. En ese momento, el entonces gobernador había cuantificado el beneficio en 15% para las facturas de luz y 6% para las facturas de gas y agua.
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Fuente: iprofesional.com