No es solo Johnny Depp quien alimenta los chismes del Festival de Cine de Cannes. Otra película en la selección de este año también se destacó más por la intriga detrás de escena que por el contenido. «Le Retour», de Catherine Corsini, tuvo una trayectoria complicada -incluso se retrasó unos días su anuncio como parte del concurso- pero finalmente hizo su debut en la Croisette.
Aquí, sin embargo, la polémica parece vacía, al contrario de las que Depp y la cineasta Maïwenn cultivaron en torno a «Jeanne du Barry». O, al menos, se puede decir que no contaminó el largometraje, que atravesó un embrollo financiero después de que una especie de consejo tutelar francés no fuera informado de una escena de sexo con una menor.
La secuela quedó fuera. La propia Corsini afirmó que decidió cortarlo para no alimentar temas sin importancia para su obra. Y las acusaciones que recayeron sobre ella poco después, por presuntos abusos verbales en el set de filmación, también fueron muriendo lentamente.
Cannes investigó el caso y decidió incluir «Le Retour» en la programación, dejando que el espectador vea la película y comente la trama, nada más. Y es extremadamente delicada, contradiciendo las sospechas de un ambiente de trabajo opresivo, algo que fue negado por el elenco.
Suzy Bemba y Esther Gohourou interpretan a unas hermanas que precisamente buscan la libertad, en un momento de transición de la adolescencia a la edad adulta, en el primer caso, y de la niñez a la adolescencia, en el segundo.
Junto con Aissatou Diallo Sagna, forman un trío poderoso y carismático, y no es difícil imaginar el premio a la actriz de Cannes a partir de ahí. Se enfrentan a una montaña rusa de emociones propias de una «mayoría de edad», apoyada por un humor inteligente y relaciones bien pulidas entre los personajes.
No es que «Le Retour», algo así como «el regreso», reinvente la rueda, pero al menos la aprovecha y escapa de lo que dejó aburrido el último trabajo de Corsini, «La fractura». Eso no le impidió llevarse Palma Queer al Festival de Cannes de 2021, pero la verbosidad y didáctica de aquella obra dan paso, en esta nueva, a cierta ligereza y despreocupación.
Una vez más, Corsini lleva el lesbianismo al centro de la trama, cuando el personaje de Bemba comienza a relacionarse con la blanca y muy rica hija de los patrones de su madre, revelando la incómoda relación de trabajo y amistad que existe en ese núcleo.
“Le Retour” está propulsado precisamente por el pedido de ayuda de los jefes al personaje de Sagna, quienes quieren que ella se vaya a Córcega para cuidar a su retoño durante las vacaciones. Ella va, llevándose consigo a sus propias hijas, que nacieron allí pero saben poco sobre su pasado.
En un dilema que tiene eco en el brasileño «¿Qué Horas Ela Volta?», la protagonista se dedica más a los hijos de los demás que a los suyos. No falta el amor ni el cariño, sino el tiempo. De esta manera, drama y choque social conectan «Le Retour», una película inofensiva, para bien y para mal.
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