La delegación de Flamengo aterrizó en la mañana del domingo (30) en el aeropuerto internacional Tom Jobim, conocido como Galeão, con la copa Copa Libertadores da América. Los jugadores tuvieron un regreso discreto, sin parranda.
Por orientación del propio club, no hubo recibimiento con celebración por motivo de las elecciones. La directiva dio la razón a las autoridades y dejó el festejo en la calle para otra fecha, por definir.
Antes de la llegada de los atletas, que el sábado (29) vencieron 1-0 al Athletico Paranaense, en Guayaquil, Ecuador, hubo mucha celebración. El sábado por la noche, varias calles de Río de Janeiro fueron tomadas, con fanáticos que usaron bengalas y se subieron al techo de los autobuses.
El domingo, un pequeño grupo acudió al aeropuerto para recibir a los ganadores, pero no pasaron por el vestíbulo y el acceso estaba restringido. Desde la distancia, la afición aplaudió especialmente a Gabriel Barbosa, alias Gabigol, autor del gol que definió el campeonato en el estadio Monumental.
El delantero, que viste la camiseta con el número 9, está deseando recibir el número 10, ya que Diego debería marcharse al final de esta temporada. Antes de usar el histórico uniforme, pretende hablar con los más grandes que ya lo han usado en el club.
«El 10 de Flamengo no lo niegas, por supuesto que lo acepto. Pero primero llamaré a Zico y veré si puedo», declaró el jugador.
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