El drama que atraviesa la Cinemateca Brasileira parece haber dado un paso más, pero aún está lejos de terminar.
En medio de una crisis que desde 2019 amenaza el funcionamiento y la importante recaudación de la institución, dos entidades de la sociedad civil espesaron el caldo -la Asociación de Cineastas de São Paulo, Apaci, y la Asociación de Residentes de Vila Mariana interpusieron una acción civil pública-, aumentando la presión para que el gobierno federal tome medidas a favor de la reanudación del Consejo Deliberante y la contratación de ex empleados especializados.
En una audiencia conciliatoria que se llevó a cabo el miércoles (12), el juez Marco Aurelio Castrianni determinó que el gobierno debe tener 45 días para demostrar que está trabajando para asegurar la conservación del material almacenado en la Cinemateca y allanar el camino para la reanudación de el Ayuntamiento.
Además, el juez determinó que debe realizarse una visita informal, de todas las partes del proceso, a la Cinemateca, «en los próximos días», sin precisar fecha y hora.
“En estos 45 días, la Secretaría Especial de Cultura debe resolver también el tema fundamental, que es la firma de un convenio con la Sociedade Amigos da Cinemateca para que pueda poner en práctica su plan de trabajo temporal”, dice Roberto Gervitz, productor asociado a Apaci y miembro de la Cinemateca SOS. “Tal solución es de fundamental importancia, ya que la colección de la Cinemateca, la segunda más completa de América Latina, está sin seguimiento desde junio del año pasado, hace un año por lo tanto. Esto significa un riesgo enorme y es el tema más urgente. en este momento «.
En julio del año pasado, el Ministerio Público Federal interpuso una acción civil contra el Sindicato por los impasses que rodean la gestión de la Cinemateca.
MPF instó, de forma urgente, a la renovación de un contrato con Acerp, la Asociación de Comunicación Educativa Roquette Pinto, hasta finales de 2020 -el último contrato vigente finalizó en 2019- para la gestión de la Cinemateca y ejecución de su presupuesto. $ 12,2 millones.
Pero Acerp abandonó definitivamente la escena y la Unión se hizo con el control de la institución. Quien fue elegido para asumir la dirección, de manera urgente, fue la Sociedade Amigos da Cinemateca, en enero de este año. El gobierno de Bolsonaro, sin embargo, aún no ha firmado un acuerdo con una entidad gestora, como había anunciado.
En abril, el profesor de la USP Carlos Augusto Calil, presidente de la Sociedade Amigos da Cinemateca, dijo en la Câmara dos Depuadodos que “la Cinemateca brasileña está en coma, sobreviviendo con dispositivos”.
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Fuente: redir.folha.com.br
Esta nota fué publicada originalmente el día: 2021-05-13 00:06:00