El «guardián de la selva» Janildo Oliveira Guajajara fue asesinado a tiros en la madrugada del sábado (3) en el municipio de Amarante, en Maranhão. En el mismo episodio, un adolescente recibió un disparo y es ingresado en un centro de salud no revelado por razones de seguridad.
Además de estos dos casos, la Policía Civil de Maranhão investiga el presunto atropello de otro indígena guajajara, Jael Carlos Miranda Guajajara. Los indígenas sospechan que también fue asesinado.
Los tres son de la Tierra Indígena Arariboia, en el suroeste de Maranhão. En noviembre de 2019, el líder indígena Paulo Paulino Guajajara, de 26 años, también integrante del grupo “guardianes de la selva”, fue asesinado a tiros durante un conflicto con cazadores de animales salvajes que ingresaron al territorio indígena sin autorización. Uno de los cazadores, Márcio Gleik Pereira Moreira, murió en el conflicto.
Según la Asociación Ka’a Iwar de Guardianes del Bosque de la Tierra Indígena Arariboia, Janildo trabaja con el grupo desde 2018, en una aldea cercana a un camino abierto por madereros que fue cerrado por los «guardianes».
“Desde entonces, él y otros guardianes de la región han estado bajo amenazas constantes y las amenazas se han intensificado”, dice una nota difundida por la asociación.
El grupo asegura que ya han sido asesinados seis “guardianes” y señala la falta de castigo a los responsables de los crímenes.
“Durante todos estos años hemos hecho y seguiremos haciendo protección territorial a pesar de que nos amenazan y nos matan. Estamos en contra de la violencia que mata y destruye, por eso luchamos por la vida”, dice la nota. “Nuestro pueblo clama justicia y exigimos que este y otros asesinatos sean debidamente investigados”.
Los «guardianes del bosque» actúan para proteger a Arariboia de las frecuentes invasiones de madereros y cazadores. Las tierras indígenas de Maranhão han sufrido invasiones de usurpadores y madereros durante décadas y desde 2007 los «guardianes» actúan por su cuenta.
Según el Cimi (Consejo Indigenista Misionero), organismo vinculado a la CNBB (Conferencia Nacional de Obispos de Brasil), entre 2003 y 2021 se registraron 50 asesinatos de indígenas del pueblo Guajajara en Maranhão. De estos, 21 eran de TI Arariboia.
Brasil registró 305 casos de invasión, explotación ilegal y daño a 226 tierras indígenas en 22 estados en 2021, un récord. El total representa un aumento del 180% con respecto a las cifras de 2018, el último antes del inicio de la administración de Jair Bolsonaro (PL).
Los datos forman parte del informe sobre Violencia contra los Pueblos Indígenas en Brasil publicado en agosto por Cimi. Este es el sexto año consecutivo que la encuesta registra un aumento en el número de casos de violencia contra los pueblos indígenas, un problema que se intensificó durante el actual gobierno.
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